El mundo esta viviendo uno de los periódos más difíciles de la historia. El cambio climático es una realidad que según los estudios si no realizamos cambios a tiempo no hay opción de retorno. Todos sabemos que son a consecuencia de los gases efecto invernadero que producen el calentamiento global. Estos gases como el CO2 o el metano son los principales pero sabias que según el libro de Bill Gates en su libro «Cómo Evitar un Desastre Climático» el 19% de estos gases son generados por el cultivo de animales y plantas. Pero como es eso posible si las plantas absorben CO2. El tema es que la agricultura actual aplica métodos a gran escala que no contribuyen al cuidado del suelo. Y en vez de capturar dióxido de carbono lo libera gracias a el arado constante de tierras. Además del constante uso de fertilizantes químicos, pesticidas y funjicidas estos últimos en vez de propiciar la vida de los millones de microorganismos los destruyen.
El documental «Besa el suelo» en Netflix da una gran explicación de como se puede revertir este gran problema a través de prácticas más tradicionales como el no arado, los cultivos de cobertura, la incorporación de micro y macroorganimos, el ganado de pastoreo y el reciclaje de residuos orgánicos como compost.
Labrar o arar la tierra es un procedimiento tradicional en la agricultura. Inicialmente se realizaba esta actividad con bueyes o caballos sin embargo ahora se realiza con equipos más sofisticados algunos pequeños y livianos mientras otros son bastante y grandes y pesados (Estos últimos generan compactación del suelo en las capas más bajas). Esta actividad se centra en remover el suelo para los nuevos cultivos, tener un suelo más suelto, descompactarlo, mejorar la estructura y textura, destruir las malas hierbas, propiciar la oxigenación y mejorar la circulación del agua. Sin embargo esto tambien provoca la liberación de CO2 y la muerte de microorganismos benéficos que son parte fundamental para los suelos.
La naturaleza es muy sabia y en un ambiente con agua y cultivos de cobertura es capaz de mejorar el suelo por si sola. Por tal motivo labrar el suelo no es recomendable a menos que las condiciones y la estructura en las que vivia el suelo sean muy malas como suelos con alta compactación, con falta de buen drenaje, encharcamientos, sin coberturas vegetales naturales y expuestas al sol. En esos casos es necesario actuar. Es recomendable hacerlo solamente en estas condiciones y agregando compost para mejorar su estructura y el suelo pueda volver a tener las condiciones adecuadas. Una vez logrado eso ya no es necesario; mas bien no es recomendable ya que la vida dentro de ella ya se desarrolla con éxito.
Los cultivos de cobertura o más conocidos como cultivos forrajeros son cultivos que son usados para proteger el suelo antes de poder ser aptos para los cultivos de consumo. Estos brindan una manta de sombra al suelo permitiendole no secarse con facilidad, reducir su erosión, mantener la humedad y como consecuencia la vida dentro de ella. Las Gramíneas como el trigo, la cebada, el maiz o avena son ejemplos de ellas o tambien las leguminosas como la alfalfa, soya, frejol o vainitas que además fijan nitrógeno al suelo. Además despues de su ciclo de vida estas permiten aportar materia orgánica para los siguientes por lo que tambien son una fuente rica de nutrientes orgánicas sin la necesidad de aportar fertilizantes químicos que sabemos que a la largo son perjudiciales para el medio ambiente.
El suelo es un ser vivo, dentro del cual pueden existir millones de microorganimos y seres vivientes como lombrices de tierra, tijeretas, escarabajos, insectos varios o chanchitos de tierra. Esta vida permite tener un suelo más fertil, más sano y apropiado para los cultivos de un huerto o para cualquier planta ornamental de un jardín. Sin embargo para que esta vida se de necesariamente debe existir y mantenenerse humedad. Esto no se logra facilmente y más aún cuando los veranos nos tan soleados. Una forma natural que se puede ver en la naturaleza es la sombra que los mismos arbole, follaje o plantas hacen al suelo. Para espacios grandes o hectares para cultivo se utilizan los cultivos de cobertura o más conocidos por forraje. Pero tambien puede solucionarse facilmente con coberturas naturales de madera, caña, restos de poda entre otros materiales ricos en carbono y lignina. Estos dan una sombra artificial que permite que esta se quema o seque con el sol más no lo que se encuentra debajo de ella. Además de brindar un lindo aspecto y reducir sustancialemente el mantenimiento y el uso de agua de un espacio destinado para el césped convencional. Puedes ver nuestros porductos aquí
La producción de alimentos es una actividad fundamental en la sociedad actual. Sin embargo, esta actividad también conlleva una serie de desafíos, uno de los cuales es la gestión adecuada de los cadáveres de animales de granja, como los cerdos y las vacas. La disposición inadecuada de estos cadáveres puede tener consecuencias negativas para el medio ambiente y la salud pública. Aunque existen soluciones disponibles para abordar este problema, es importante reconocer los inconvenientes asociados con ellas. En este artículo, exploraremos el problema de los cadáveres porcinos y vacunos, así como los inconvenientes que presentan las soluciones actuales.
El problema de los cadáveres porcinos y vacunos:
La cría y producción de cerdos y vacas para consumo humano generan una considerable cantidad de cadáveres. Estos animales pueden fallecer debido a enfermedades, lesiones o por razones de manejo y sacrificio. La gestión adecuada de estos cadáveres es esencial para evitar riesgos para la salud y minimizar el impacto ambiental.
Inconvenientes de las soluciones actuales:
Entierro en terrenos agrícolas: Una de las soluciones más comunes para la disposición de cadáveres porcinos y vacunos es el entierro en terrenos agrícolas. Sin embargo, esta práctica puede presentar varios inconvenientes. En primer lugar, el entierro inadecuado puede dar lugar a la contaminación del suelo y las aguas subterráneas, lo que representa un riesgo para el medio ambiente y la salud humana. Además, el entierro requiere espacio adecuado y puede generar olores desagradables, lo que puede afectar negativamente a las comunidades cercanas.
Incineración: La incineración es otra opción utilizada para la eliminación de cadáveres animales. Sin embargo, este método presenta desafíos considerables. La incineración requiere instalaciones especializadas y costosas, lo que dificulta su implementación en áreas rurales o de recursos limitados. Además, la combustión de los cadáveres puede liberar contaminantes al aire, incluidos gases tóxicos y partículas finas, lo que plantea preocupaciones ambientales y para la salud.
Compostaje: El compostaje se presenta como una alternativa más sostenible para la gestión de cadáveres animales. Sin embargo, el compostaje de cadáveres porcinos y vacunos presenta desafíos específicos. Estos animales tienen un mayor tamaño y densidad en comparación con otros residuos orgánicos, lo que puede dificultar el proceso de compostaje y prolongar el tiempo requerido para obtener un producto final seguro. Además, el compostaje requiere un monitoreo constante y riguroso para asegurar la degradación adecuada de los cadáveres y evitar la propagación de patógenos.
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