Los alimentos que actualmente consumimos son de varias procedencias. En la ciudad donde radica más del 70% de la población mundial, al no contar con zonas de cultivo tiene la necesidad de traer alimentos de zonas periurbanas (bordes de las ciudades), normalmente vienen del campo de zonas mucho más alejadas de la ciudad o en otros casos importados de países extranjeros por ser más económicos y en grandes volúmenes como es el caso de los cereales (el trigo) que vienen principalmente de Canadá y de los Estados Unidos. Es de saber que en el Perú el trigo es uno de los principales insumos para la crianza de aves (pollos, gallinas, pavos) , producción de harinas y panes.
Esta realidad supone depender de alimentos producidos a escala industrial con métodos poco saludables, uso intensivo de fertilizantes químicos y pesticidas que muchas veces desconocemos. Con relación a la larga cadena de distribución esta genera altas emisiones de CO2 por el transporte de grandes distancias diariamente. Y como si fuera poco incentiva los beneficios de grandes corporaciones que tienen el control de los precios y perjudican a los pequeños productores.
Todas estos problemas pueden verlos en el siguiente documental «Besa el suelo» en Netflix o youtube. Además nos dan a conocer diferentes alternativas de solución entre ellos la aplicación de métodos orgánicos de producción y cuidado del suelo.
El potencial de las ciudades y zonas aledañas todavia no esta siendo aprovechado para ser capaz de producir sus propios alimentos revirtiendo los problemas enunciados. La aplicacación de póliticas que propicien la agricultura urbana poco a poco se esta dando buscando ciudades más resilientes y sostenibles. El sector agrícola mayoritario actual se localiza en la sierra (provincias) pero es de vital importancia que sea más competitivo. Más capacitaciones técnicas, métodos más eficientes de producción, manejo integrado de suelos, manejo del recurso hídrico y de esa forma llegar a la calidad y precio de productos importados.